SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El sacerdote jesuita Mario Serrano se negó a participar en la Comisión de Veedores del proceso de revisión del registro civil como le solicitó la Junta Central Electoral (JCE). “Es un atropello contra hermanos y compatriotas que ha provocado la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) y no puedo aceptar formar parte de la Comisión de Veedores de este proceso de desnacionalización que atenta contra los derechos fundamentales”, dijo el director Nacional de la Pastoral Social de la compañía de Jesús. El pasado 28 de octubre, el presidente de la JCE Roberto Rosario Márquez le solicitó al padre Mario Serrano, a través de una carta, ser miembro de la Comisión de Veedores para que participe en proceso de levantamiento de informaciones solicitada por el Consejo Nacional de Migración y dar paso a la Sentencia del TC. A continuación carta dirigida al presidente del JCE Rosario Márquez por parte de Serrano: Santo Domingo, 1 de noviembre 2013. Señor Roberto Rosario Márquez Presidente de la Junta Central Electoral Su despacho. Señor Presidente de la Junta Central Electoral: Por medio de la presente respondo a la comunicación que usted me dirigiera en fecha 28 de octubre del 2013, en la cual me informa de la creación de una Comisión de Veeduría para atender una solicitud del Consejo Nacional de Migración en respuesta a la sentencia del Tribunal Constitucional (No. 168-13), y de la cual me invita a formar parte. Usted conoce mi posición pública como sacerdote que acompaña a las personas afectadas desde el 2007 por la circular 017 y la resolución 012 de la institución que usted preside. Estas medidas administrativas han suspendido el ejercicio de muchos de sus derechos a miles de hermanos y hermanas nuestros, especialmente dominicanos y dominicanas de ascendencia haitiana. Esta situación se ve agravada ahora con la sentencia del Tribunal Constitucional, de efectos negativos impredecibles. La solución a esta situación no está en el acatamiento a una sentencia que, a todas luces, viola nuestra carta magna y con ello nuestra soberanía más profunda. El camino verdadero está en el apego radical a la Constitución y a la sentencia dictada por la Corte Interamericana de DDHH en septiembre del 2005, en el caso de las niñas Yean y Bosico, que manda al Estado a respetar el derecho a la nacionalidad de las personas nacidas bajo el régimen del ius solis, tal y como ha sido adoptado soberanamente por el país en sus constituciones hasta el 2010. La propuesta de regularización migratoria que ordena la Sentencia del TC asumida por el Consejo Nacional de Migración parte de premisas que invalidan su propósito: que dominicanos de derecho son declarados extranjeros y que personas residentes en el país por años están de tránsito. Llega hasta Dios el grito de los afectados por las decisiones administrativas de la JCE y por la Sentencia del TC. A la víspera del aniversario del Sermón de Adviento de Fray Antón de Montesinos quisiera llamar la atención sobre el atropello que contra estos hermanos y compatriotas provoca esta Sentencia. A la luz de Mateo 25, 31-46 que tanto he meditado estos días me siento obligado a recordar, como servidor de la Palabra de Dios, que estas decisiones no sólo atropellan a las personas afectadas sino también al mismo Cristo, al mismo Dios. Por lo anterior, y en conciencia, no puedo aceptar formar parte de la Comisión de Veedores de este proceso de desnacionalización que atenta contra los derechos fundamentales. Su invitación de alguna forma hace un reconocimiento al acompañamiento que venimos realizando a los afectados por este proceso, pero mi colaboración con la JCE tendrá que expresarse en otros términos, no en éstos. Pido a Dios que nos ayude a todos los sectores del país a interpretar y respetar nuestra Carta Magna en sí misma y, a la luz de los derechos humanos convenidos internacionalmente por el concierto de las naciones, convencido de que esto es lo que más nos acercará a servir a Dios, a la Patria y a la Libertad por la que tanto ha luchado nuestro oprimido y creyente pueblo. Me despido pidiéndole a Dios que nos guíe por el camino del derecho y de la justicia. Atentamente, Padre Mario Serrano Marte SJ Director Nacional de la Pastoral Social de la Compañía de Jesús
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